Después del resultado electoral, conviene recordar lo que han prometido los distintos partidos políticos
en sus programas electorales respecto al ferrocarril. Ahora desde el gobierno, quien lo forme, o desde la
oposición deben ser consecuentes con lo prometido.
En general no se han explayado mucho y cuando se menciona, es desde el ámbito del transporte y de la
logística.
El PSOE es el que más espacio dedica a la logística de entre todos los partidos políticos. Sus promesas se
centran en la elaboración de un plan de transportes y sus infraestructuras a someter al Parlamento, para
garantizar la estabilidad de las actuaciones que, a medio y largo plazo, España necesita. Los socialistas
proponen definir, desarrollar y gestionar cadenas logísticas completas y no infraestructuras aisladas, que
respondan a las necesidades de los sectores productivos, a las políticas de reindustrialización, al
aprovechamiento del potencial geoestratégico de España en el ámbito logístico y a las políticas
energéticas y ambientales. Garantizarán que todas las regiones de España tengan costes logísticos
similares, realizando las inversiones necesarias en las infraestructuras de transporte. Abogan por el
desarrollo de los corredores de la Red Transeuropea y otros corredores logísticos relevantes, mejorando
los estándares operativos y con puntos de acceso a la red con terminales intermodales
interiores y conexión con las terminales ferroportuarias. Plantean la creación de la figura de
los consorcios de transportes para el tráfico de mercancías, en los que estarán representadas todas las
administraciones implicadas y contarán con los cauces adecuados de participación de todos los actores
de la cadena logística. Consideran la necesidad de impulsar las relaciones directas entre los grandes
centros de carga, en especial entre los puertos y los grandes centros de consumo en áreas
metropolitanas e industriales y potenciar la I+D+i para favorecer la eficiencia del transporte multimodal.
El Partido Popular en su programa no tiene mucho argumentario. Sin concretar, se enmarcan en medidas económicas y sociales generalistas. Proponen la mejora de la red de transportes e infraestructuras con una política de movilidad que permita aprovechar al máximo las capacidades de nuestro país.
Dar un impulso a los corredores ferroviarios mediterráneo, atlántico y central, cuya importancia resulta estratégica en el desarrollo y la conectividad de nuestro país. Pretenden modernizar y mejorar las
infraestructuras ferroviarias clave, de forma especial la conexión con Extremadura y todas las actuaciones en territorio español recogidas en la Red Transeuropea de Transporte tras su reciente revisión por el Parlamento Europeo.
Por su parte, SUMAR, basa su estrategia en apoyar la descarbonización en la electromovilidad para el
transporte de mercancías por carretera con criterios de transición justa. En concreto, plantea ayudas a la
electrificación dirigidas a los profesionales autónomos y apuesta por un sistema de transporte de
mercancías sostenible, obligando a utilizar centrales únicas de rotura de cargas y de distribución de
última milla. En el ámbito ferroviario, defiende un modelo público de transporte colectivo basado en el
ferrocarril para garantizar la movilidad de personas y mercancías, con especial atención a las cercanías.
En VOX, sus propuestas son reducidas. Pasan por acometer inversiones para la mejora de la logística y el
transporte, sin especificar cuáles. Dedican un apartado específico al ferrocarril, en el que proponen la
mejora de su red.
Como siempre el transporte de mercancías por ferrocarril, el gran olvidado en la cita electoral. Esperemos que el nuevo gobierno, continúe con los compromisos adquiridos por el saliente y no volvamos a vía muerta.