Transfesa Logistics, uno de los principales operadores ferroviarios españoles, está celebrando su 80 aniversario con una exposición en el Museo del Ferrocarril de Madrid. En esta exposición, se encuentra uno de los icónicos vagones naranjeros de la compañía, que estará abierto al público desde el 2 hasta el 8 de junio. Los visitantes podrán acceder al interior del vagón, donde se exhibe una muestra sobre la historia de la empresa.
El vagón histórico de Transfesa solía transportar cítricos desde el levante español hasta Londres durante las décadas de los 50 y 60. Su presencia en el Museo del Ferrocarril de Madrid ofrece una oportunidad para conocer la historia de Transfesa Logistics, cuyo papel ha sido fundamental para el desarrollo del ferrocarril y el transporte de mercancías en España.
Transfesa fue creada en 1943 con el objetivo de superar las dificultades que surgieron en la posguerra española para el transporte de ganado vivo. Los primeros 100 vagones con los que la compañía comenzó a operar fueron adquiridos en Alemania. En 1952, para solucionar la diferencia de ancho de vía entre España y otros países, Transfesa desarrolló una nueva forma de transporte internacional mediante la creación de vagones de ejes intercambiables y estaciones de cambio de ejes en las fronteras de Hendaya y Cerbère. Este avance revolucionario permitió cambiar los ejes de los vagones sin tener que manipular la carga, abriendo así las puertas de Europa y convirtiéndose en una de las primeras empresas ferroviarias europeas en realizar transportes internacionales.
Durante las décadas de los 60 y 70, Transfesa se centró en el transporte de cítricos desde el levante español hacia el resto de Europa. Gracias a los vagones ventilados de la compañía, las naranjas españolas podían llegar en excelentes condiciones al mercado de Covent Garden en Londres y a numerosas ciudades de Alemania en tan solo 48 horas. Estos servicios tuvieron un gran éxito y el tren que transportaba los cítricos se conoció como «el naranjero».
En los años 60, Transfesa estableció oficinas en Francia, Reino Unido, Suiza, Alemania y Portugal, convirtiéndose así en una de las pocas multinacionales españolas de la época. La compañía fue un motor clave para impulsar el comercio internacional de productos fabricados en España.
En los años 70, Transfesa se adaptó a la industria automotriz, que había comenzado a instalarse en España desde los años 50. Se convirtió en un socio estratégico para los principales fabricantes de automóviles y comenzó a transportar vehículos terminados.
En los años 80, la compañía amplió su negocio más allá del transporte ferroviario y se adentró en servicios logísticos adicionales, como el mantenimiento y reparación de activos ferroviarios, la operación de almacenes y la gestión de terminales ferroviarias. De esta manera, Transfesa acompañaba a sus clientes a lo largo de toda su cadena de valor. En 2000, un hito importante ocurrió cuando la empresa alemana DB adquirió la mayoría de las acciones de Transfesa. Esta compañía siempre ha sido pionera en la promoción del transporte internacional y, por primera vez en su historia en 2023, ha comenzado a operar trenes de ancho estándar entre la península ibérica y el resto de Europa. En la actualidad, Transfesa Logistics también está
haciendo historia a través de la iniciativa «Mercancías al tren», que ha logrado unir a operadores, instituciones, cargadores, puertos y ONG para impulsar el transporte de mercancías por ferrocarril, considerado el medio de transporte más sostenible al emitir un 80 % menos de CO2 que el transporte por carretera.
El Museo del Ferrocarril de Madrid, ubicado en la antigua estación de Delicias, es un espacio emblemático que muestra la evolución del transporte ferroviario en España a lo largo de más de siglo y medio. Gestionado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, tiene como objetivo promover el conocimiento del ferrocarril, fomentar la investigación en este campo y poner en valor el patrimonio ferroviario. Además del Museo del Ferrocarril de Madrid, la Fundación también gestiona el Museo del Ferrocarril de Cataluña, el Programa Vías Verdes, la revista «Vía Libre», la Biblioteca Ferroviaria, el Archivo Histórico Ferroviario y el Centro de Formación del Transporte Terrestre, entre otros.