El pasado 22 de abril se celebró la Jornada sobre presente y futuro del transporte ferroviario de mercancías, organizada por Propeller Madrid, en la que participó nuestro asociado Transfesa Logistic, con la presencia de su CEO, Idoia Galindo.
Una vez más, se puso de manifiesto la profunda contradicción en la que nos movemos en estos momentos, en los que habiendo ayudas destinadas a los operadores ferroviarios por incrementar la cuota de mercancías que logren subir al tren, no se puede conseguir dicho aumento debido a los cortes que se producen y que van a seguir existiendo en los próximos meses en la infraestructura, que es el único camino por donde pueden rodar el material remolcado.
Por ello todos los ponentes de esta jornada, responsables de Continental Rail, Medlog, Marcotran y la citada Transfesa Logistic, coincidieron en que este período que puede durar dos años, lejos de ganar cuota para el ferrocarril, va a conseguir lo contrario: pérdida de clientes, tráficos y volúmenes a transportar. Y sobre todo, pérdida de confianza en este modo por parte de los cargadores. Y es que las alternativas de circulaciones para evitar los cortes, supondrán más costes, más consumos de recursos por tener que dedicar tracción diferente, en función de si los encaminamientos están electrificados o no, o si poseen rampas más elevadas, etc.
Por ello la importancia de dotar algún sistema de compensación que aminore los sobrecostes, dado que el famoso SAPET sigue sin tenerse conocimiento de que pueda aprobarse en Bruselas.
En su intervención, Idoia Galindo, ha animado a los cargadores a apostar por el cambio modal, proponiendo desviar los ecoincentivos a la demanda para que puedan compensar los extracostes en este período transitorio, para no perder este 4% de participación actual que tenemos. Compensaciones por cortes de línea que impliquen sobrecostes. Y reducir los costes de fricción.
De igual manera, Idoia también ha propuesto que durante este tiempo de transición, se equiparen las reglas de juego en el transporte terrestre, de tal forma que si no hay peajes para la carretera, tampoco existan cánones para la mercancía por ferrocarril. Se reciban ayudas para la energía/gasoil. Y se reduzca la burocracia y exceso de normativa actual.