En su reciente artículo para Transporte XXI, titulado «Discriminación Positiva», Andrés Arribas, gerente de Faprove, ofrece una visión crítica y constructiva sobre el estado del transporte ferroviario de mercancías en España.
A través de un análisis histórico y una invitación al cambio, Arribas subraya la urgencia de apostar por un modelo intermodal eficiente, sostenible y competitivo, que lleve al ferrocarril a ocupar el lugar que merece en el sistema logístico del país.
Un retraso de décadas que urge corregir
Arribas recuerda un hecho histórico: en 1988, España inauguró su primera autopista ferroviaria, conectando Madrid con Barcelona. Sin embargo, han sido necesarios 35 años para que, el pasado 22 de julio, se inaugurara una nueva autopista ferroviaria entre Madrid y Valencia. Este prolongado retraso es un ejemplo palpable del abandono que ha sufrido el transporte ferroviario de mercancías en favor del transporte por carretera.
A mediados del siglo XX, el ferrocarril representaba el 30% del transporte de mercancías en España. Esa cuota descendió al 10% en los años 90 y, en la actualidad, apenas alcanza un 4%. Según Arribas, esta tendencia ha sido impulsada por el predominio del «lobby vial», que ha frenado la evolución de un modelo intermodal que se ha demostrado perfecto y eficiente en otros países europeos.
Un futuro prometedor bajo la Agenda 2030 y el Green Deal
El artículo de Arribas destaca el cambio positivo que empieza a vislumbrarse gracias al compromiso del actual gobierno con el transporte ferroviario de mercancías. La Agenda 2030 y el Green Deal europeo han fijado metas ambiciosas, como elevar la cuota ferroviaria al 10%. Este objetivo no solo es necesario desde el punto de vista medioambiental, sino también estratégico, para que España pueda competir con países como Francia, donde el ferrocarril alcanza cuotas del 40%.
Discriminación positiva: una necesidad para nivelar el terreno
Arribas argumenta que, después de 35 años de retraso, es imprescindible implementar políticas de «discriminación positiva» a favor del sector ferroviario. Esta medida no busca privilegios, sino corregir el desequilibrio histórico que ha dejado al transporte ferroviario rezagado frente a otros modos.
Entre los principales retos, el autor identifica la modernización de infraestructuras, la superación de cuellos de botella como la falta de talleres y personal capacitado, y el desarrollo de una intermodalidad que integre carretera y ferrocarril como aliados complementarios.
Una apuesta colaborativa por el beneficio común
En su conclusión, Arribas hace un llamado a la colaboración entre administradores, operadores, reguladores, cargadores y clientes para lograr un salto cualitativo en multimodalidad. El transporte por carretera, lejos de ser un adversario, será un compañero clave en este proceso, aportando flexibilidad y eficiencia al sistema logístico.
El mensaje es claro: si todos los actores del sector suman esfuerzos y apoyan con un «pequeño empujón» de discriminación positiva, España podrá alcanzar estándares europeos, beneficiando a empresas, clientes y, sobre todo, al medio ambiente.
Desde Faprove, celebramos y respaldamos la visión de Andrés Arribas, quien, con este artículo, ilumina el camino hacia un modelo de transporte más sostenible y competitivo. ¡Es momento de mirar hacia el futuro y apostar por el ferrocarril como una pieza clave del progreso!
Para leer el excelente artículo de Andrés Arribas, «Discriminación Positiva» pincha aquí: Discriminación Positiva- Andrés Arribas