Existe un clamor por atraer a conductores para mover camiones y autobuses. La cuota española del transporte de mercancías por carretera de la que tanto presume el sector, 95%, tiene un talón de Aquiles: los profesionales de la conducción.
A tal efecto, el MITMS va a presentar una campaña poniendo en valor este oficio, para hacerlo más atractivo, atraer talento al medio y ayudar a garantizar el relevo generacional.
Seguro que habría que hacerse algunas preguntas a los afectados y propiciadores de este problema, de por qué se ha llegado a esta situación. Pero esto escapa a este artículo.
La paradoja de este escenario, es que el otro medio terrestre, el ferrocarril, que dista muchísimo de los parámetros que maneja la carretera, con una cuota del 4% lejos de tener este “cuello de botella”, bien al contrario, en estos momentos ser maquinista es una profesión muy demanda, atractiva, que aun teniendo unos costes de formación un tanto elevados y unos requisitos más restrictivos que los choferes de carretera, llenan los centros de formación año tras año.
En Europa, las licencias de conducción las emiten las AESF (Agencias Estatales de Seguridad Ferroviaria), con certificado europeo. Existen dos certificados: Certificado A (para trabajos en vía, traslados entre bases de mantenimiento, etc) y Certificado B (habilitados para trenes de viajeros y mercancías).
Aunque para empezar a estudiar es necesario tener 18 años, solo se pueden examinar a partir de cumplir los 20 años.
¿Dónde se forman? Existen tres canales:
- Centros asociados a entidades públicas (Renfe, Adif, …)
- Centros asociados a empresas ferroviarias (Transfesa, Medway, …)
- Centros privados (Cetren, Ceff, …)
Una vez obtenido el título de conducción, cada dos años tienen que pasar un reciclaje en un centro homologado y superar una evaluación psicofísica anual en un centro médico homologado.
La titulación vale para 10 años, y pasados éstos, hay que renovar.
El coste del curso ronda los 22.000 euros y dura unos 9 meses para capacitar a los alumnos en la conducción de trenes. Una vez aprobado y dependiendo del destino hay que habilitarse para el tren y la línea que va a conducir.
El salario bruto inicial ronda los 30.000 euros brutos, aunque por delante hay posibilidades de escalar en categoría y por tanto en retribución.
Este modelo podría servir para reflexionar a las empresas transportistas, si han hecho todo bien o qué ha fallado para que el elemento motor del modo, que es el conductor, deserte de la cabina.